Desireé Yamilet Cruz Irene
Desireé es un niña muy carismática, con su mirada y su voz refleja la ternura que existe en ella y la sencillez con la que experimenta y se desenvuelve en la vida.
A pesar de todas las dificultades que ha vivido por su enfermedad, su corazón de niña está intacto y ha logrado mantener su capacidad de soñar, aún a través de la adversidad. Desireé siempre ha mostrado una especial fascinación por las princesas y ha soñado con con un día poder ir más allá del cuarto de hospital, tener un castillo y además, también convivir con Cenicienta pudiendo así experimentar su sueño de vivirse como princesa y asumir su belleza especial.
La experiencia que buscaba su alma para trascender era poder asumir su belleza interior sin importar los estragos que ha sufrido su cuerpo como una auténtica princesa.
¿Cuál fue su experiencia?
Desde que Desireé escuchó la palabra “sorpresa” se le iluminó el rostro con una sonrisa! Más aún cuando Cenicienta entró al cuarto de hospital. Fue así como Desireé comenzó a vivir su sueño platicando con ella seguido de la invitación de “convertirse” en la princesa “Elsa” de la película Frozen.
Al regresar a su recámara de hospital, la encontró transformada en un castillo de hielo, y ahí en esa atmósfera mágica, en el castillo de hielo, Desireé asumió su fortaleza, valentía y persistencia, paradespués hacerlas propias como sus poderes de princesa. Acto seguido Cenicienta le entregó unas pastillas explicándole que esas pastillas eran mágicas, porque con ellas podría compartir sus poderes a otros niños y le propuso visitar los otros cuartos de hospital para darles dichas pastillas, a lo que accedió con mucho gusto.
En cada visita a los otros niños, Desireé iba haciendo cada vez más consciente su belleza interior, cada vez lo hacía con mayor naturalidad y los otros niños respondían con mucha espontaneidad y autenticidad.
Final Feliz!
Desireé pudo vivir su sueño y además compartir sus poderes, con lo cual pudo experimentar su belleza y sus cualidades más allá de la apariencia física. Logró descubrir que su belleza no depende de un disfraz o de un personaje de princesa sino que está en ella y en asumirse como tal para poder compartir sus cualidades con los demás. Esta vivencia generó en Desireé la oportunidad de experimentarse más allá de lo físico y de su cuerpo temporal.